¿Te ha pasado que después de haber hecho alguna compra, el arrepentimiento o la culpa te atrapan? ¿Te sucede muy a menudo que compras algo para después darte cuenta que realmente no lo necesitabas?. ¿Cómo podemos saber cuando una compra realmente es buena y provechosa? ¿El cristiano tendría que preocuparse por comprar de manera sabia?.
Hoy en día podemos obtener consejo y bastante información sobre como comprar de manera "inteligente". Puedes encontrar desde libros hasta cursos online de finanzas personales, métodos de ahorro e inversión, guías para compras "exitosas", blogs o canales de youtube que te enseñan ciertos principios para "potenciar" tus recursos. Los asesores financieros en estos medios te orientan a usar de manera mas eficaz tus recursos e inversiones, incluso puedes encontrar en redes sociales muchos tips para hacer mejores compras, comparando productos, encontrando mejores precios y un sin fin de información para saber hacer buen uso de tu dinero.
¿Será que el cristiano interesado en hacer compras con sabiduría, debería tomar la misma perspectiva del mundo sobre cómo usar sus recursos?
Aunque la perspectiva de muchos de estos consejos sobre el uso y administración de los recursos pueden ser bastantes acertados y realmente efectivos, no siempre el enfoque o la motivación detrás de estos consejos, tendrá un filtro con perspectiva eterna . Por lo tanto, como cristianos siempre será necesario que: "Antes bien, examínenlo todo cuidadosamente, retengan lo bueno. Absténganse de toda forma de mal. 1 Tes. 5:21-23."
Si bien es cierto que en la palabra de Dios, no encontrarás una respuesta específica para cada compra de tu vida, como ese comedor, esas vacaciones o ese bolso, Dios nos ha dejado suficiente sabiduría en forma de principios, para aplicar en situaciónes tan cotidianas y simples en lo que respecta la administración de nuestros recursos.
Por otro lado, debemos considerar que también estamos invitados a renovar y transformar nuestra mente a tal grado, que no nos adaptemos al "patrón" de deseo y compra como éste mundo lo hace: "Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto." Rom.12:1-3. Comprar involucra varios procesos cognitivos conscientes e inconscientes, influenciados por nuestro corazón, sus ídolos, sus anhelos y su entorno social y cultural. Es por esto, que también nuestro patrón de comprar debe ser transformado y verificado antes de hacerse.
Cuatro principios claves para considerar
Todo para su gloria: "Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios." 1 Cor. 10:31. Y ya que Pablo fue tan específico en incluir en este pasaje, actividades de la vida cotidiana, podemos considerar que en la parte de "cualquier otra cosa" la acción de comprar está incluída. Principalmente por su implicación directa con nuestra mayordomía y administración de los recursos dados por Dios. Así que, ¡Sí! a Dios le importa en que gastas e inviertes tu dinero, y el hacerlo debiera dar Gloria a Dios. También encontramos el mismo principio en: "Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien sirven." Colosenses 3:23
Pidan Sabiduría: "Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada." Santiago 1:5. Cuando entendemos la responsabilidad y el trabajo que implica ser buenos administradores para Su Gloria, nuestro corazón entiende en humildad, que NO sabemos todo y que necesitamos sabiduría de Dios para decidir, considerando nuestra situación particular, necesidades, presupuesto, motivaciones, generosidad y más. No siempre es fácil, pero Dios es fiel y bueno para suplir la necesidad de sabiduría aún en cosas tan cotidianas como comprar. ¿Un carro, una casa, una lavadora, un bolso, un buen súper, más ropa?, siempre habrá dirección y sabiduría para elegir bien.
Deseen una vida tranquila: "...Pero les instamos, hermanos, a que abunden en ello más y más, y a que tengan por su ambición el llevar una vida tranquila, y se ocupen en sus propios asuntos y trabajen con sus manos, tal como les hemos mandado;" 1 Tes. 4:10-11.
El afán por el dinero y los bienes materiales es una carga muy pesada, y en muchas ocasiones, el tener más bienes involucra una vida más ajetreada, sin descanso y llena de ansiedad. Se puede ir una vida entera tratando de "ganar" el mundo, perdiendo el alma (Mat.16:26). Desear una vida tranquila y no una vida de bienes, debería ser un principio para considerar antes de comprar. ¿Todo por lo que te afanas en comprar te lleva a una vida más tranquila?.
Disfrutar por lo que se ha trabajado, es un regalo de Dios: "Igualmente, a todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes, lo ha capacitado también para comer de ellos, para recibir su recompensa y regocijarse en su trabajo: esto es don de Dios. Ecl. 5:19"
El trabajo en la tierra es duro y cansado, conlleva días diíciles y grandes sacrificios. Y Dios en su soberanía ha dado riquezas y bienes según su sabiduría a cada uno de nosotros. Cualquiera que sea tu situación, disfrutar de la recompensa de tu trabajo, es un regalo. No hay condenación cuando recibimos y usamos con agradecimiento y responsabilidad, el fruto de nuestro trabajo. Hacerlo puede verse como invitar a cenar a tu familia, comprar ese libro que quieres leer, regalar ese juguete a tu hijo como una muestra de amor, invertir en unas vacaciones para contemplar la obra de Dios, disfrutar de la remodelación o mantenimiento de tu casa, agradecer por la compra de ropa que era necesaria, alegrarte de poder ser generoso con los tuyos, inviertir en recursos y herramientas para ese don y habilidad que Dios te ha dado, comprar suplementos y vitaminas para ti y los tuyos, comprar un asador para disfrutar de asados con la familia y amigos. Todo esto, es disfrutar del regalo de Dios.
Considerar estos principios nos permite tener una perspectiva eterna a la hora de comprar y nos ayudan a crear un patrón de deseo y compra transfromada. Es entonces que será más fácil darle sentido al trabajo, enfocar recursos, decidir y disfrutar de lo que compremos.
Considerando todo lo anterior, te comparto algunos consejos que pueden agilizar de manera práctica tus compras y que no te arrepientas después.
Consejo #1 - Considera tus motivaciones y hazte preguntas
Cuestionarnos es un ejercicio necesario para conocer las motivaciones detrás de una simple compra. Nuestro corazón necesita los cuestionamientos para poder aplicar Sus principios y así guiarlo a todo aquello que es bueno, agradable y perfecto. Te comparto algunas preguntas que puedes hacerte ante una compra:
¿Realmente lo necesito?
¿Para qué lo compro?
¿Deseo esto por necesidad genuina o por la influencia de alguien más?
¿Tendré que endeudarme para obtenerlo?
¿Comprar esto hará mi vida mas sencilla, práctica y ligera?
¿Ésta compra es para disfrutar con los míos o impresionar a los demás?
¿Ésta compra me permitirá usar mis dones y habilidades?
¿Esta compra será una muestra de mi deseo de ser buen administrador de lo que Dios me ha dado?
Consejo #2 - Evalúa tu compra a la luz de tu presupuesto y necesidades reales
Nunca estará de más recordarlo: Considera tu presupuesto. Puedes haber contestado "muy bien" a todas las preguntas anteriores, pero si tu presupuesto no da muestras (no te dan las cuentas) que esa compra es una buena opción, no lo compres. No será sabio y tampoco será disfrutable. La deuda solo roba la paz y te hace esclavo de quien le debes (Prov. 22:7). Las necesidades reales están dentro de tu presupuesto y deben de estar consideradas mes a mes. Existen las eventualidades, las cuales también se consideran en el presupuesto mensual. Por lo que fuera de estas consideraciones, lo demás se consideraría como "no necesario".
Consejo #3 - Tómate tu tiempo para comprar
Investiga, compara precios, busca calidad y toma tu tiempo para "reposar" tu compra. Normalmente las compras arrebatadas son las que terminan en amontonamiento dentro de la casa o en arrepentimiento. Esperar unos días puede ayudarte a clamar tu deseo de inmediatez por algún objeto y te permite cuestinarte antes de hacerlo. Pide consejo si estas a punto de hacer alguna inversión o compra significativa y ponlo en oración. El Espíritu Santo te puede guiar a filtrar tus motivaciones y tomar la mejor decisión.
Consejo #5 - Un buen filtro
Hace unos meses, terminamos de remodelar nuestro patio. Un día por la mañana, mientras tomábamos nuestro café, mi esposo y yo platicábamos y contemplábamos lo bonito que había quedado el espacio. Estábamos agradecidos con Dios por que por fín despues de 8 años de espera, podíamos verlo terminado con tanta gracia, practicidad y belleza que realmente se disfrutaba mucho estar ahí. En un momento de la plática le pregunté: -¿Cómo podemos saber que todo esto fue realmente una buena inversión?-. A lo que mi esposo respondió después de pensar un poco: -Ahorita mismo ya es una buena inversión. Y sólo imaginar que lo podemos compartir y disfrutar con nuestros hijos, amigos y familia hace que sea una buena inversión. Aquí podremos invitar a quienes necesitarán un consejo, que necesitan comunidad y a quienes deseamos compartir de lo que ya hemos recibido-. Ese día agregué a mi lista de filtros para comprar, lo siguiente: comprar "eso" es valioso, cuando lo quieres para compartir y disfrutar con otros.
Deseando menos cosas, deseando más a Dios
Comprar con sabiduría requiere de trabajo intencional en conocer los principios de Dios para hacerlo bien. Se necesita un corazón dispuesto a rendir a Dios ésta parte de nuestra vida, la cual no está acostumbrada a tener disciplina ni perspectiva eterna. Involucra también el deseo de renovar nuestra mente para no adaptarnos a lo que dicta éste mundo sobre los bienes materiales y como usar nuestros recursos. Desear una vida tranquila, sencilla y ligera, es desear menos cada día, pero desear más a Dios.
Cuéntame, ¿Tu qué consideras a la hora de comprar? ¿Qué te parecen los principios y consejos que te comparto?.
Hola! Gracias por compartirlo, me ayuda a recordar de lo que realmente vale. La satisfacción “momentánea” comprando algo “pequeño” en común momento en concreto, solo me habla de un vacío que debo llenarlo con Cristo.